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testigo en Cristo

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eLibro 21, 2/4

testigo en Cristo


autor: fhilos indudabbas

obra: Cristo de la Noble Muerte

títulos y transformaciones: el Vía Crucis de la reflexión. tomo 2.


registros:

ISBN: 978-84-19281-02-9

contiene 1313 versículos; [1510-2822].

periodo de construcción o lapso abarcado: 1973-2020.

fecha de firma (concluida la obra por el autor): 15/11/2020.

publicado: 15/04/2022.


leer versículos


21,2: 1515

 

¡Dios mío, dios mío, tengo sed! ¡¿por qué me has desatendido?!

[...], cómo trasciende el Cristo los momentos e incumbe naturaleza verdadera.

todo es agua pasajera que después del efecto hace agua verdadera; agua de fuente y ciencia de grifo, agua de dios fusionándose, derritiéndose, aguándose verbo de cristalidad de absorción en Dios más allá, con dios en la Espera.

 

21,2: 1531

 

[...], cuando sufre el Reo de la Cruz todo se descalza el peso, ya que se ampara, en Cristo, el infinito descanso amoroso en cristales del sosiego.

 

21,2: 1537

 

¿sabes por qué en toro va la voz primera, y ante el sol se allana verse en primavera hasta dónde oculta con razón y espera, que no temo y tengo otra voz sin serla?...

 

21,2: 1538

 

con capa de olés y espada, las lunas de Cristo se amagan de toro...

la noche nos guía en nuestra soledad.

 

21,2: 1562

 

alta noche de loca brisa. siento el peso sereno.

¡ay!, cómo se les viene encima de azahar y fresco, el duelo.

 

21,2: 1564

 

si quieres abrir la casa, detente frente al postigo, donde el azul se diluye llenarse en ti [...]. ¿notas frío?...

¿primero qué fue?... la mente, luego vibró el corazón cansancio, pleno cariño, y así se vistió perderse.

ansia que tenemos, ¡vete andar de Cristo! ve con Dios.

 

21,2: 1566

 

si quieres que te confiese, búscate al Cura, el Imagen Cristo de Dios.

por si anhelas que te declare el Arquetipo Secreto en cristos, yo no puedo, aunque lo fuera, pues si lo recibieras, entendieras de mí, o de otros, y no sería Sagrado Paradigma a tu fe siempre en acierto que se comulga ante la Fe.

[...], aquí las rupturas confesables son frágiles y penables por expuestas al Credo y reservadas al Dogma.

 

21,2: 1585-1586

 

en canal se toca el río todo el frescor de la sierra. y de puente a los suspiros, la Granada de saetas.

hallados de callados pasaron viendo el río, pero no se pararon.

sabes, hacía mucho frío, sangre de enamorados, y no fueron amigos.

hallados de presentes, perdidos de las formas, a Nos y nosotros, nos damos avíos de cesación a muertes.

y nada nuestro ha sido.

[...], el fenómeno de único Creyente roza el complejo artístico de los mensajes intercesores, ya que transfigura la reflexión en objetivos móviles oficiantes para contener los cristos desvelos vigorizantes de la síntesis Cristo.

 

21,2: 1606

 

por espera se dice de las primaveras, el Dauro Sereno agua de saetas.

flagelado posa de magulladuras y espinado Lirio, a la cruz clavado.

laudable va Él... loable, digno. plausible el Espíritu que a bienes consuela librarlos del mal que le duele y lo entrega a la Cruz.

 

21,2: 1607

 

pasa Cristo Bueno, pálido semblante.

no hay Saetero más triste.

amén el agua se quiere amarlo, sentirlo, y piadosa no puede, porque las corrientes de río no dejan que sea el espejo que llora por Él.

en ojos rabiosos, candiles de lágrimas, van los costaleros, parece que viven las muertes con Él.

 

21,2: 1618

 

cada lugar, toda zona, son sitios que bien asoma efluvios de la paciencia a rimas de tolerancias al rezo de su Belleza.

se percibe en las penas que nos embrollan conflicto, verlo sufriendo Cruz de toda transgresión que no pecamos cristos y en entes nos dosificamos hasta velar la tradición sombra de lo penitente.

pasa el Cordero de Amargo.

 

21,2: 1623

 

el Dauro es siempre sacro de gitanos, piropos con llanto. toma en sigilos a payos de reyes respecto a la muerte.

el Cristo del agua, saeta se aviene de imagen al alma. el Darro es siempre la voz destilada de la circunstancia.

 

21,2: 1635

 

lloran las llamas del fuego el rezo honor de su calma, espinas de labios secos.

qué palpos en pálido posa y pasa hasta dejarnos serenos verlo en la Cruz del Mañana y en las dudas del Reposo.

 

21,2: 1681

 

es muy triste el momento del pueblo que canta o reza tarantas, bulerías, y otras expresiones recias.

el Consuelo cruza, año por año, desvelar la vista solera de la tarde de Alhambra y sueño, y noche ciega.

 

21,2: 1699

 

[...], primero el barro se subleva ante la herida absurda que lo conlleva, luego el corazón lo ausenta desde lo privado, más tarde, la Mente lo libera en cristos inmortales para componer la fusión del Crucifijo dios.

 

21,2: 1700

 

[...], el Amado dios terreno, es nuestro Cristo tan llevado, por no ausente.

encadena marcha tras un sonido lastimado. tiene qué sabor, morir gozo a nuestros pensamientos, y así, luego resurgir ciencias de Perdón y aciertos.

 

21,2: 1717

 

no hay que exponerse atónito ante el Poder majestuoso de Dios. [...], démonos más fe ante la Fe”.

 

21,2: 1729, 1722

 

el ‘Silencio’ se permuta a la medianoche de Luz —aguas de carrera y dauros—.

Negra Noche [...], y de negro está la noche en que vamos y la penitencia, amado sonido que ha destemplado de uno en uno, y no importa otro Amor crucificado.

 

21,2: 1749

 

va de repente, todo Suspiro, y se siente a olor de incienso.

son vistos los penitentes, macros hilos de silencio. ¡silencio!

pasa el Cristo y la Muerte, en silencio. [...], después de dos mil años el peso de la Cruz todavía se venera bajo la cruz de los hechos y las mentiras que buscan calcularse el espejo de la sombra que oculta las pasiones ante la moral practicante que las niega.

[...], en la hazaña que todos podemos bajo el dolor, el Bueno toma el eco en salves eucarísticas para la redención.

 

21,2: 1761

 

siempre reflejando grave...

¿quién te puede a Ti pedir?... más bien Tú sí necesitas eso que me falta a mí.

será mi salud de pobre. en siempre de Sumiso y Torre en penas que no son suyas, el Cristo de los Favores.

 

21,2: 1798

 

¡quién pasa!...

—¡¿quién?!...

—¡el Buena Muerte en Amor y Esperanza de sufriente Perdón!

—¡¿quién?!...

—vaga de suerte, saetas hasta tenernos perdidos del corazón.

[...], antorcha de aliento universal subyuga la estancia y el destino.

la Dádiva divina en brazos abiertos roza lo inalcanzable.

toda la fragilidad acude, desde la intemperie y las razones, sufrimiento y sangre.

indudablemente, al pie de la Cruz del Cristo se vence el inexorable día que concurre al compromiso abismal de los siglos.

 

21,2: 2091

 

[...], digo, aspiraras, pudieras y sumaras, pues no exiges nada más piadoso al pensamiento que todo el devenir donde se ama sin la fuerza presuntuosa del venero que arde la confianza y quema la esperanza.

 

21,2: 2104

 

[...], más aprisa mi dios que el verso es tarde, y la oscuridad de la misa se aduna y adueña tanto de la confianza como de la intimidación al duelo que a penar se presta verbo en los abismos.

 

21,2: 2123

 

miro a las estrellas reflejos al dolor [...], angustia, desconsuelo, aflicción, suplicio, tortura, conmoción, congoja, padecimiento, trastorno, agitación.

¡a la Noche Opaca, pronto vendrá el Sol!

[...], entre los luceros se luce la Imagen sacra a las semejanzas.

buscamos en el Medio la Ecuación sin medios.

 

21,2: 2128

 

cara morena, el Cristo agraciado pesa lirio amarillo, pájaro y trino, y en la jaula se airea y corresponde a puño de gofio, a monte y marea, corto y alegre por si se diera.

[...], triste el cantar de la tierra mía.

cómo desconsuela a triste suspiro, a existencia sucumbida, ya que triste despierta, porque me tiene lejos y apenado a vida incierta, por vida viva en savia muerta.

 

21,2: 2137

 

todo se escribe en el acto [...], y es en el acto donde lo escrito se prescribe.

así, mi Dios, queda hecho el paso del Nombre en Ti y el Cristo mío a cristo Tuyo.

 

21,2: 2153

 

¿qué duele?... ¡todo! [...], todo lo del ojo seco. todo el éxodo. y huele a viejo [...]. se ha muerto.

y, ¿qué nos queda?... nada más ni nada menos que el Olvido que Dio el Rezo libre de la Vanidad y sus progresos lutos para el Egoísmo en cuerpos de la Impiedad.

 

21,2: 2175

 

[...], en estos, tus caminos, estoy solo. [...], en todos mis hallazgos heme falto, pues siento que te lloro lo caro que lloraste mi lógico abandono.

 

21,2: 2178

 

esta noche andamos de la voz callada [...], pero sin almohada brilla la dotada Imagen del Cristo.

nos mira y se calla la negrura alada [...]. viene condensada la bailada Pena. salve Dios las almas.

[...], ‘el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, y de los etcéteras a los bienes, no es Dios de muertos, sino de vivos’.

 

21,2: 2187

 

menos mal que Tú, Cristo de confianza te expones al cristo que sublimas en mi alma.

 

21,2: 2193

 

en Sierra, Nevado, Camino, Camina, y helo caminos y sendas del Alma.

sonríe deprisa, soleados silencios del Eco Espiral; va Dios en su aliento.

por supuesto, detiene la Gloria en pena narrada, sin alta mirada fecunda de brisas.

[...], es cóncava la rutina silenciosa que no acaba.

difícilmente la sombra sepulcral tomará la alcoba del descanso cuán tensa y aceptada.

 

21,2: 2204

 

con Cristo santo avivo el alma, y me confieso espiritual calma.

con cristo vivo, robo mis ansias [...]. mas, si es muerto, nadas a la Nada.

[...], la Nada que se Sostiene, ¿qué Puerta la Desampara?...

la Nada, Después del Todo, se Unifica, pues Fracasa.

 

21,2: 2215

 

en el blanco mármol de tu frente, sin temor, en el amor que Tú me tienes, téngote, Cristo mío, hasta las muertes encendido, Voz de Psiquis penitente.

en los clavos que penaste, heme fuerte, y no quiero débil llama moribunda el dudar esta fe, jamás nunca retornar sin impulsos, buenamente.

en la sangre, mi dios, toda valiente, qué tristeza a tu cuerpo estremecido [...], no vencido en el agravio del pecado; ni siquiera has maldecido tu calvario ni maldijiste nuestra suerte.

 

21,2: 2216

 

en la sangre, mi dios, toda valiente, qué tristeza a tu cuerpo estremecido [...], no vencido en el agravio del pecado; ni siquiera has maldecido tu calvario ni maldijiste nuestra suerte.

[...], en el pesar que sostengo, en las glorias más presentes, no descansa con la muerte el hijo luz de los actos, donde Tú, Nada, Algo y Todo, no estás ausente.

 

21,2: 2258

 

¿qué destila la Muerte, si en cada adiós renace, y de los nacimientos en fe y licencias se pace?...

heme que volcaste a tierra, paz de hidalgos desengaños, y entre ilusiones pequeñas ensueños que dio el amparo.

[...], te ofreces pan y vino, pan igual a modelo de vidas en deuda, y vino como señuelo que enamoras lo que cabe consentido y derramado.

bien cabe, aunque a deshora, a Sangre y Cuerpo del Cristo, el amanso cristo.

 

21,2: 2263

 

que la tierra pida tierra, es la versión más amena, y el sentimiento a su espíritu. y no es condición ajena que el Vacío Sea el Principio que nos Ampara y aterra y consuela.

 

21,2: 2274

 

que no existen causas que Tú —eón Cristo— no puedas. [...], aquí la autoayuda se apostilla, certifica en cada resultado que se adjunta y la conlleva rebatir, batallar y no negar los fundamentos.

[...], todo el dolor es poco si logramos acontecer de un instante hecho, donde el infinito y lo diverso suman el qué filosófico de tanto esfuerzo y tan poco logro.

 

21,2: 2290

 

si busco la felicidad, hallo más tristezas.

desde la distancia, todo es encuentro [...], y lo revelado siente de todo lo viejo.

hallo de penumbras el gozo, bien de cerca y aproximos a choques.

[...], para el oído abierto, la armonía lo encuentra. para el ojo que llora la entelequia lo amaestra. para despertar el cuido solo basta el cristo reunido de cristos a la fusión del Cristo.

 

21,2: 2296

 

además de que Cristo sea el Refugio se suma la ventaja de seguirlo.

[...], de la Fuente reside el intervalo, y el regalo se logra y no se recibe.

 

21,2: 2303

 

tras cada pauta consentida a los milagros, la tristísima tristeza envuelve los llantos de todas las tragedias al círculo tertuliano de los años al calvario cristos del Cristo.

[...], no es menester fingir lo Soberano, dado que de humilde tratamiento se publica el destierro cotidiano y se alimenta en Cuerpo y Sangre mesiánica el Ritual milenios al Consenso de lo Lejano.

 

21,2: 2370

 

[...], ya no más tanto dolor, que sufrir anula el ser, si no se acopla al Amor.

 

21,2: 2398

 

en resurrección se quema el rostro de bajas simas.

breña la Pena se adueña, tardes de niebla y brumas [...], y por las lomas se empeñan en fijar las cruces, a Cruz de Cristo, ninguna.

 

21,2: 2439

 

pensamos que los que están y los que serán y los que fueron, son base de su Amor-Afecto, y han de saborear su Carmen [...], y uno para cada cual a través del Cielo a los cielos del Reino Divino hecho Gloria y Limbo, Luz y Nirvana, y por supuesto, Gozo contenido al Éxito.

el tedio reconoce, a bombeos de sangre, que el Credo avanza.

 

21,2: 2464

 

este momento de encuentros sube a las profundas cuencas de los rezos. son los rosarios malditos sangrando los besos de la inocencia inmadura.

[...], después de la Pena es el Instante Sereno en donde Dios, de dios, otro empieza este amor de cualidades, tropiezo; momento de encuentros rayados que sustentan cubiertas irreversibles a las sombras de la Luz dada hacia los progresos.

 

21,2: 2482

 

óyeme, Señor, bajo tu Nivel, en mi corazón.

todos mis secretos has de escudriñar que no pasa nada.

tengo en aprecio verte en las palabras beso, llanto, verbo, inflexión, acento, voz que se destila ciencias anuladas.

[...], de todo lugar, a lleno hasta verte, no sacio pararme.

tantas libertades bailan las cruces en la primavera; sangrarse la Luz donde no hay esperas.

 

21,2: 2483

 

óyeme, Señor, surca mis almas.

no debes olvidar la fuerza que me ata de peros al llorar.

goza esta cruz, clávala en tus sienes.

entre las espinas hazme vivir la Luz, que tengo en el dolor deseo y no me basta.

 

21,2: 2484

 

penetra hasta doblar la pena en que nací, que carencia de Ilusión te carga su morir.

espíritu de viento sosiégame, Señor, la espera, y delata condena o mirarme en fibra de tu paz, corazón de peregrino.

 

21,2: 2533

 

el río del Cristo conlleva una dupla cercanía en cantidad de la infinita respuesta.

[...], el río de la sangre marca la estancia regalada y los recogimientos oportunistas.

 

21,2: 2543

 

[...], a rezar nos damos, ya que a pecar convivimos desde lo que perdonamos.

 

21,2: 2649

 

[...], en medida de la cercanía al tuteo cristo al Cristo, la caridad permite y la arrogancia niega.

 

21,2: 2702

 

sin palabras, la Vida carece de Conciencia.

en la Adaptación del Cuido, sopórtanos para la exaltación.

bajo qué Nivel pudieras ser el Nombre de las famas, y al Irte, no dejar nada, salvo el haber vivido de muertos en las palabras.

 

21,2: 2758

 

para encontrarme con Dios, busqué a él, que va conmigo [...], y al razonarlo, lo hallé lejos de todo el Sentido.

en Tiempo buscaba a Dios, y en carencia el dios que lo acompañaba.

¿qué será lo que me hallaba, ya que al Destino anuló, y con ello, a sus caminos?...

¡qué alta Belleza infunde, y se inunda de acertijos!

¿qué ha de anular a la Palabra guías para los designios?...

 

21,2: 2792

 

ya nada se reafirma ni antes ni después de cada acto.

por cierto, el Sufrimiento es incierto y vaga los Confines del Deseo en detrimentos y cae en los hoyos residuales hasta paginar los cielos al momento espejo de eternidades.

 

21,2: 2809

 

no debemos darnos tanto castigo. ¡de nada nos valdrá el sufrimiento!

miremos las estrellas con nostalgia, que pronto viene el Día y nos veremos olvidados, repletos de silencios.

 

21,2: 2818-2819-2820-2821-2822

 

a la Noche que voy suave, santa, cariñosa, alberga los ensueños remansos de espera al Día del Cristo Luz de la Esperanza abierta.

a la Noche que voy, el Tiempo es Piedra...

a fatuidad, atrevimiento, un día y los mil años, lo mismo cuentan, y no importa si tarda el Amor-Afecto en darse de la Divina Presencia.

a la Noche que voy, adanes y evas, sentires y cosas, motivos sutiles y carencia de gloria consciente, en cristos vencidos a estimas que esperan, conllevan de alijo los hijos que quedan siempre a proseguir bajo el mismo esquema.

¿qué a letargo cumple mansa noche, amena con todas las formas, y a las tinieblas versa su razón cubierta?...

a la Noche que voy nada la acota, salvo la Incorpórea Fuerza del Padre Dadivoso que no olvida jamás las iglesias hechas.

a la Noche que voy, soy sin presencias.

ya que Cristo es la Causa del Reposo, duerman... que después del Descanso, Dios es la Fiesta.


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